Elías Canales Díaz y la carpintería fina en Valparaíso durante la segunda mitad del siglo XX
DOI:
https://doi.org/10.22370/margenes.2021.14.21.3101Palabras clave:
Patrimonio, Madera, Tradición, Oficio, IndustrializaciónResumen
Desde hacía años que Marcela veía la dedicación con que su abuelo, Elías Canales Díaz, trabajaba en su taller de carpintería en el Barrio O’Higgins, Valparaíso. Quien fuese la inspiración, “con olor a madera”, que la llevó a estudiar la Arquitectura, patrimonio tangible que refleja el espíritu de sus habitantes. He aquí, donde este noble material, proveniente de distintos rincones del planeta, confluyó para levantar edificios tan bellos como los del viejo continente. Don Elías es parte de una generación que vivió los que quizás fueron los últimos años de esplendor de esta ciudad-puerto a mediados del Siglo XX, cuando con la llegada a Chile de inmigrantes alemanes y españoles, empresarios habidos de conocimiento y esplendidas maquinarias, se establecieron en El Almendral. A su llegada ven el potencial humano de los pobladores de estos cerros encumbrados, formados en la tradición constructiva del trabajo fino que requieren las herramientas manuales, pero adaptados a una forma de vida dura, exigida por el propio mérito de levantar construcciones en las laderas empinadas. No tardaron en capacitarse, reconociendo el aporte de las máquinas y herramientas eléctricas a su oficio, viendo en este proceso la posibilidad de convertirse en “pequeños industriales”