El complemento que perdura

tintorería y pintura textil con pigmentos de tierra y plantas ricas en tanino.

Resumen

Los textiles se caracterizan por ser portadores de mensajes desde tiempos antiguos, a través de sus hilados, figuras, y colores.

Los colores son fuentes de identidad, nos comunican qué plantas, animales y minerales existieron en el contexto en el que fue creado ese textil, ofreciéndonos un mundo de historias y procesos en los que la persona hacedora del oficio habitó, se relacionó y recolectó.

Muchos hilados los podemos reconocer por el color y la textura proveniente directamente del animal o de la fibra vegetal. Por ejemplo: hilos cafés, negros, grises que podemos ver directamente del pelo de un animal o de diversos colores provenientes de tintes de plantas.

Pero poco se habla o escribe del pigmento de tierra, como fuente tintórea, pictórica y de representación identitaria de una cultura, clima y tiempo acorde al lugar del cual ha sido recolectado.

El trabajo de artesanas y artesanos para llegar al color preciso implica un conocimiento que proviene de su relación directa con el entorno, la técnica experimentada y las historias contadas, que resultan luego en tradición y herencia.

Valorar el oficio del teñido natural es parte del cuidado hacia la diversidad tanto natural como cultural del lugar que proviene.